Tras dos meses de vacaciones en los que las rutinas diarias han cambiado, llega la vuelta al cole.
El verano es una estación de expansión, de pasar más tiempo en la calle, en ocasiones de cambiar el lugar donde dormimos (la casa del pueblo, el apartamento de vacaciones, una habitación de hotel...), de pasar tiempo con personas que quizá el resto del año no vemos...
Ahora llega septiembre y con él empieza una época de recogimiento, en la que poco a poco vamos cambiando los ritmos y las rutinas.
Para los niños puede ser un momento difícil que puede alterar la vida familiar, pero volver a una rutina y un orden adaptados a esta época del año, no tiene por qué convertirse en algo complicado.
Tener rutinas es positivo para los niños, especialmente a los más pequeños, ya que así pueden prever lo que viene después y eso les genera tranquilidad.
Aquí tienes algunas ideas que te pueden ayudar a crear rutinas para que la vuelta al cole sea más agradable para toda la familia:
1. Introducir nuevos horarios para dormir de manera gradual:
Una de las claves es que no haya un cambio radical entre el horario que ha tenido durante las vacaciones y el que tendrá con la vuelta al cole. El cuerpo se tiene que ir adaptando poco a poco a nuevos horarios para dormir y así evitar la fatiga que puede provocar la falta de horas de sueño.
Ir retomando un nuevo horario para dormir de forma gradual durante la semana previa, le permite ir ajustando su ritmo interior sin estrés, lo que le mantendrá de mejor humor y abierto a otros cambios que quieras ir introduciendo.
2. Integrar en las rutinas los ritmos interiores:
Es importante crear un ritmo diario que combine momentos de movimiento, como jugar al aire libre, correr o bailar, con momentos más tranquilos y de concentración, como hacer una manualidad, escuchar un cuento o hacer los deberes
De esa manera, se atiende a la necesidad interior del niño o niña, permitiéndole moverse cuando así lo siente para después programar una actividad en la que necesitará estar más concentrado. Concentración que vendrá sola si respetamos estos ritmos, por lo que actividades como la lectura serán mucho más placenteras.
3. Dejar que participe en las decisiones:
Siempre que sea posible, una buena manera de que un niño o niña siga una rutina es que haya tenido la opción de decidir la manera de llevarla a cabo. Dejarle decidir si se lava los dientes antes o después de ponerse el pijama, por ejemplo, es algo que no afecta a la finalidad de la rutina pero que puede marcar la diferencia entre que lo haga de buena gana o no.
4. Esperar que sean ellos los que expresen cómo ha ido el cole:
Cuando recogemos a los niños en la escuela durante los primeros días, estamos deseosos de saber qué tal les ha ido, si han hecho amigos/as... Y aunque lo hacemos con la mejor intención, tantas preguntas pueden saturar al niño, que lo único que quiere en ese momento es desconectar después de una mañana llena de actividades. Es preferible no preguntar directamente y hacer que se sientan escuchados para que sean ellos/as los que cuenten cosas cuando lo necesiten.
5. Cuidarte a ti misma/o:
Para poder acompañar con calma necesitamos sentirnos bien. Descansar lo suficiente, tener hábitos de vida saludables, evitar llegar al límite en situaciones de enfrentamiento con nuestros hijos/as retirándonos para calmarnos y volver a empezar o recordar que tenemos derecho a decir que no con respeto y amor, son algunas de las cosas que podemos hacer por nosotras/os.