¿Te acuerdas cuando tu hija leía libros y libros sin descanso? ¿Cuando para tu hijo leer estaba entre sus primeras opciones de entretenimiento?
Algunos de estos niños que devoraban libros de pequeñitos, dejan de leer cuando llegan a los 7 u 8 años. De manera gradual van perdiendo el interés hasta que un día ya no eligen la lectura en su tiempo de ocio.
Si este es tu caso, puedo decirte que es algo más habitual de lo que parece, y que con un poco de atención y paciencia puedes conseguir que tu peque vuelva a disfrutar leyendo.
Te ayudará conocer algunos de los motivos más frecuentes por los que se puede producir esta pérdida de interés. Así te resultará más fácil identificar por qué ha perdido la motivación por la lectura.
Más abajo, te daré algunas claves para que puedas fomentar de nuevo el placer de leer. Al fin y al cabo, un niño al que le ha gustado la lectura desde pequeño ya tiene la semilla plantada, y sólo hay que regarla de nuevo para que vuelva a florecer.
¿Por qué ya no quiere leer?
Puede haber múltiples causas que pueden influir en esta gradual pérdida de interés, aunque las más comunes suelen ser:
-
Necesita libros adaptados a una nueva etapa lectora. Sobre todo en peques con un alto nivel de lectura, puede que los álbumes o libros ilustrados que leía hasta ahora se le hayan quedado pequeños. Esos libros con poco texto, quizá demasiado infantiles, que leía una y otra vez ahora ya no le motivan. No significa que ya no le gusten, muchos de ellos siguen siendo ideales para esos ratitos de lectura compartida contigo, por ejemplo al final del día. Ahora necesita libros más acordes con su nivel y comprensión lectora y con más texto dividido en capítulos cortos para ir adaptando el ritmo.
-
Sus intereses van cambiando. Las personas estamos en constante evolución y en los más pequeños es algo evidente. Van creciendo y cambiando sus gustos e intereses, influenciados por su entorno y por las nuevas experiencias que van viviendo. De la misma manera que adaptas una actividad lúdica en función de lo que le gusta, también hay que ir adaptando las lecturas a sus nuevos intereses e inquietudes. Quizá antes le gustaba mucho aprender sobre el espacio o el cuerpo humano, pero puede que ahora prefiera historias fantásticas o de detectives.
-
A veces el salto es demasiado grande. En algunas ocasiones, vemos que el niño o la niña empieza a demandar otro tipo de libros porque parece que los que ha leído hasta ahora son de "pequeños". Entonces pensamos que están preparados para libros más extensos pero puede que nos pasemos. Aunque la temática sea de su interés, si el libro es demasiado largo y no está dividido en capítulos cortos, si usa un tipo de letra demasiado pequeño o un vocabulario del que desconoce la mayoría de los términos, la lectura estará muy por encima del nivel lector que tiene en ese momento, lo verá como una tarea demasiado complicada y desistirá.
-
Aumento de las tareas escolares. En esta etapa empieza a aumentar el nivel de exigencia en el cole, así como la cantidad de deberes que tienen para casa. Son muchas horas las que tienen que pasar al día en actividades pasivas y que requieren concentración, por lo que quizá en su tiempo libre sienta la necesidad de moverse y elija otro tipo de actividades y juegos.
- Las lecturas obligatorias y las fichas. Si quieres que pierda las ganas de leer, haz que lea un libro que no ha elegido y que no le llama la atención, y además que responda a unas cuantas preguntas sobre la lectura. En muchos casos, lo que se consigue con estas actividades es que asocien la lectura con una tarea más de clase, con una obligación, y por lo tanto dejen de leer por puro placer.
¿Y qué puedo hacer para fomentar la lectura de nuevo?
Aquí tienes 3 claves que te servirán para ayudar a tu peque a que conecte de nuevo con el placer de leer:
-
Comprende el momento en el que se encuentra. A través de la observación y con preguntas sutiles con interés genuino, vete desgranando la situación por la que atraviesa. Puede que sienta mucho estrés y agotamiento por las tareas escolares y que luego no tenga ganas de leer porque lo vea como otra tarea más. O quizá tenga demasiadas actividades extraescolares y no tiene prácticamente tiempo libre. O simplemente ya no siente interés por los libros que tiene a sus alcance en casa o en la biblioteca. Cuando sepas qué puede estar provocando la falta de interés por la lectura será más fácil buscar soluciones juntos.
-
Deja que elija los libros que quiere leer. Puede que hasta ahora hayas sido tú la persona que ha seleccionado los libros que creías apropiados, pero quizá sea buena idea dejar que tu peque elija sus lecturas, siempre en compañía tuya o del personal especializado. Sentirá más interés por ese libro y aunque no le guste o no lo acabe irá desarrollando su espíritu crítico. Además, tener variedad de lecturas disponibles en casa facilita que pueda elegir un tipo de libro u otro en función del tiempo disponible o las ganas de leer que tenga. No requiere la misma concentración ni el mismo tiempo leer un capítulo de una novela o unas páginas de un cómic. Pero en ambos casos está leyendo, que es de lo que se trata.
- Crea nuevas rutinas de lectura o adapta las que ya tenéis. Siempre está bien revisar o crear las rutinas que se adapten a las nuevas situaciones. Por eso, es conveniente que le ayudes a encontrar un momento propicio para leer todos los días, convirtiéndose en un rutina placentera y no en una obligación. Además, quizá hayas dejado la lectura compartida porque piensas que ya no es necesario, porque ya sabe leer sólo. Es algo muy común pensar esto, pero la verdad es que cuanto más leas con tu peque más fuerte será el vínculo emocional que tendréis, además de ser un momento muy placentero entre vosotros que puede derivar en conversaciones maravillosas.
Y sobre todo, algo muy necesario es tener paciencia, porque todos necesitamos tiempo para adaptarnos a nuevas situaciones. En este caso el trabajo de fondo está hecho. Son niñas y niños que ya tenían un buen hábito lector y ahora sólo les hace falta un poco de nuestra ayuda para que recuperen la pasión por la lectura.